OLIVAN LOPEZ, FERNANDO2025-07-022025-07-022025-06OLIVAN, F., Colonialidad y dominación en la epístema del derecho. REVISTA GENERAL DERECHO PÚBLICO COMPARADO. ISSN 1988-5091. Nº 37, JUNIO 2025https://hdl.handle.net/10115/90637POR LA MATERIA. Como se anota en el trabajo, aunque el tema colonial parezca alejado de la actualidad, por el contrario, es parte sustancial de la configuración de la realidad política actual. De entrada, para una certera aproximación al marco post-colonial de los actuales estudios culturales hoy tan en boga, también por la irrupción de un nuevo neocolonialismo del que es imprescindible empezar a analizar su etiológica más profunda, pero también por las similitudes que entraña el tema migratorio, cuya sustancia colonial queda manifiesta en el artículo. POR LA METODOLOGÍA. El carácter multidisciplinar del trabajo no evita un fortísimo sesgo jurídico público como perfectamente apreció el Comité de selección en la sección de DERECHO PÚBLICO COMPARADO de la revista. Esto nos permite incorporar la necesaria mirada jurídica a un tema que afecta no solo a la idea de estado y política, también al mismísimo concepto de persona y su deriva actual en el tema de los derechos humanos. Con ello pretendemos enriquecer la mirada de los llamados Estudios Culturales sobre los que gravita el principal enfoque científico sobre el mundo postcolonial, recordando la urgencia de afrontar el análisis de este tema también desde una mirada jurídica. Lo que hemos hecho es enriquecer este enfoque con toda la amplia aportación de una multidisciplinariedad que nos lleva desde el psicoanálisis hasta la teoría estética y la antropología.Estudio de antropología jurídico-política que analiza los vínculos entre el concepto Estado Moderno en su configuración hobbiana, y el acontecimiento del colonialismo, así como sus repercusiones en el mundo de hoy. El colonialismo ha sido una realidad política que ha recorrido gran parte de los siglos XIX y XX y que de una forma brutal ha afectado tanto a los grandes países europeos como colonizadores como a grandes espacios del resto del planeta, sobre todo a África, Asia y América, convertidos en espacios de colonización, incorporando una nueva dialéctica: colonizadores-colonizados. El tema, pese a que la realidad material del colonialismo históricamente ya se ha superado con los procesos de descolonización de la segunda mitad del siglo XX, sigue siendo, sin embargo, petinente, no solo porque quedan importantes piezas de esa presencia colonial, también, por la persistencia de esa mentalidad colonial -el neocolonialismo- por parte de muchos de los viejos estados colonizadores, pero sobre todo por la crisis conceptual que nos abre el capítulo migratorio, confusamente leído como una inversión del acontecimiento colonial al redireccionar el desplazamiento humano en el sentido inverso al que conoció el proyecto colonial. El trabajo emprendido em este artículo busca analizar la sustancia política que anima el hecho colonial y lo hace desde una óptica nueva donde al análisis histórico se suman saberes procedentes de diversas áreas del conocimiento, desde la teoría del derecho al mismo psicoanálisis antropológico. Me explico, lo que he querido demostrar son los vínculos que hay entre ese comportamiento colonial y la específica naturaleza como persona de las formas del estado. El Estado moderno, en su condición de persona (jurídica), así lo describe Hobbes en El Leviatán, no resulta muy diferente -esta es la tesis central del trabajo- a la del viejo patriarca, el paterfamilias romano, en su relación con la Casa (el domus). Leviatán, como un nuevo pater, despliega su domino (en el sentido del Corpus Iuris Civilis) sobre el espacio de la casa-estado tal y como el dominus lo hacía apoyado en el derecho antiguo. Un verdadero derecho de vida, muerte y goce sobre todos los alieni iuris sometidos a su dominio. El desarrollo de esta tesis me obliga a marcar una serie de quiebras que nos permiten comprender el acontecimiento colonial como algo específicamente contemporáneo (siglos XIX y XX). De entrada la diferenciación absoluta entre los modos polis e imperio, del tiempo antiguo, con los derivados del modo estado moderno. Algo en lo que ya he trabajado en otras obras, pero también la falla que separa los dos momentos de es emismo estado moderno, el primero vincu.lado al modo Corte y el segundo, ya tras la Revolución, el modo nación. Sobre esas disteinciones, el articulo diferencia la sustancia de procesos imperialistas como el Español en América, todavía de fuertes resonancias feudales, como se acredita en la Controversia de Valladolid, y el que se desplega, por ejemplo, por Frtancia o Inglaterra a lo largo del siglo XIX en Africa y Asia, el verdadero colonialismo, y que nos lleva a vincular el acontecimiento colonial a la irrupción del Estado nación, es decir, a la configuración de Leviatán como la masa de todo el pueblo. Es desde esta perspectiva como se comprende también el nuevo acontecimiento de las migraciones y sus vínculos con los modos coloniales, no en una supuesta inversión, como vemos apuntan algunos estudios, sino como la nueva forma de dominio. El repaso de las ideologías nacionalistas configuradas en las nuevas naciones iberoamericanas en los inicios del siglo XIX nos ayuda a comprender este proceso. El articulo se centra en el caso de Nueva Granada, la actual Colombia, y en los padres ideológicos de la nación, Caldas, Semper y otros. También resulta de interés los retazos ideológicos que nos proporciona una serie de fenómenos fuertemente vinculados al hecho colonial, desde el desarrollo de la cartografía moderna hasta la explosión de las llamadas Exposiciones Universales y coloniales y su iconografía. El articulo no deja de señalar la enorme carga erótica que recorre toda esta iconografía y que encuentra en el concepto Orientalismo su expresión más elevada. Como termina el artículo, Leviatán no solo es persona con inteligencia y voluntad propios, también es un ser racial y sexuado, es decir, es ese hombre blanco que, como un buen padre de familia ha de saber disciplinar los espacios de su casa. Kipling lo tenía bien claro, ¡la carga del hombre blanco!, algo que aún satura la conciencia con la que contemplamos la inmigración.esColonialidad y dominación en la episteme del derechoArticleinfo:eu-repo/semantics/embargoedAccesshttps://www.iustel.com/v2/revistas/detalle_revista.asp?id_noticia=428482