LA JUSTICIA RESTAURATIVA EN MENORES INFRACTORES EN ESPAÑA Y PORTUGAL

Abstract

La justicia restaurativa en menores infractores de España y Portugal es un estudio comparable a la hora de analizarlo por la cercanía de ambos países tanto física como cultural e históricamente. Por un lado, Portugal actualizó su sistema de justica para menores tras la Revolución de 1974 con instituciones para jóvenes delincuentes. La Real Casa Pía de Lisboa fue precursora en separar niños de adultos en prisiones. En el siglo XX, se fortaleció una perspectiva diferenciada para menores con la Ley de Protección de Niños y Jóvenes en Peligro. En 2001 se introdujo la justicia restaurativa para menores infractores que se basa en la Ley Tutelar Educativa. Esta ley admite la mediación entre infractor y víctima, persiguiendo consensos de conciliación y reparación. Se centra en medidas educativas protectoras para los jóvenes de entre 12 y 16 años, primando la educación sobre la penalización. Se determinan planes de conducta y se promueve la participación de las partes, buscando evitar la criminalización y fomentar la reintegración social. Su progreso ha sido marcado por iniciativas gubernamentales, como el programa nacional de mediación víctima-infractor. La necesidad de formación profesional y el reconocimiento de sus beneficios es clave. Se plantean medidas, como la vigilancia electrónica, pero persisten desafíos en garantizar la justicia y empoderar a las víctimas. La cooperación institucional es necesaria con un enfoque multidisciplinar. El Observatorio Permanente de la Justicia de Portugal promueve la mediación en la jurisdicción de menores, pero existen debates sobre su implementación. Por otro lado, en España el sistema de intervención en menores infractores avanzó desde un modelo tutelar hasta uno que reconoce la responsabilidad penal de los menores. Los Tribunales para Niños se fundaron en el correccionalismo positivista y las reformas posteriores, como la Ley Orgánica 5/2000 reguladora de la responsabilidad penal de los menores, adoptaron medidas restaurativas y educativas. Sin embargo, perduran tiranteces entre perspectivas punitivas y restaurativas en la justicia juvenil. La mediación en el derecho penal de menores se basa en la conciliación y reparación para solucionar conflictos centrándose en empoderar a las partes. Este enfoque se aleja del retribucionismo, priorizando la resocialización. Aunque la justicia restaurativa ofrece una alternativa, la sociedad favorece sanciones duras resistiéndose a implantarla. La mediación penal involucra al mediador y al equipo técnico entre otros persiguiendo el acuerdo entre las partes y promoviendo la asunción de responsabilidad. La justicia restaurativa muestra mejoras en participantes en la comunicación o relaciones sociales y una reducción en conductas agresivas disminuyendo la reincidencia. Su prioridad es reparar el daño en la víctima, pero algunos jueces muestran reticencia a cambiar su enfoque. Complementa las deficiencias del sistema penal tradicional humanizando la justicia, pero se necesitan más recursos y apoyo institucional para su fortalecimiento y aplicación.