LA LENGUA DE SIGNOS POTENCIA LA MEMORIZACIÓN

Abstract

El presente estudio es una revisión bibliográfica que recopila información procedente de fuentes académicas acerca de cómo se desarrolla la memoria cuando en el proceso interviene la lengua de signos (LS). La LS es una lengua natural usada por la comunidad sorda con gramática propia y de modalidad viso-gestual. Se trata de una lengua que al ser de modalidad viso-gestual, activa procesos visuales y motores, lo que aporta beneficios cognitivos. A la hora de aprender lengua de signos como una L2, se dificulta el cambio de código y modalidad y se deben trabajar habilidades motoras. Al ser preciso usar el cuerpo, la necesidad de coordinar manos, expresión facial, uso del espacio y demás, se necesita una buena psicomotricidad. Es decir, aprender una LSE implica poder controlar las posiciones de nuestro cuerpo. De igual modo, para poder planificar estos movimientos de forma correcta, es necesario una representación mental del signo. A la hora de tratar de expresar un signo, es necesario visualizarlo en el cerebro para, posteriormente, conseguir realizar dicho signo. Es más fácil crear una imagen del signo cuando este es icónico, cuando tiene una propiedad del referente, ya que es más sencillo crear una imagen de algo que ya es conocido. Tras esto se debe proceder a la repetición. Esta hace que se desarrollen más conexiones con neuronas del hipocampo, lo cual es esencial para poder crear memorias. Para conocer la relación que conecta los procesos motores de una lengua de signos con la memoria, se analizan diversos estudios que demuestran que la lengua de signos mejora la capacidad de memorización. Por ejemplo, investigaciones realizadas en niños que aprendieron lengua de signos como segunda lengua, mostraron una mejora en pruebas de cognición visoespacial y memoria espacial. Además, el uso de imágenes mentales y el componente motor de la lengua de signos, parecen tener un impacto positivo en la memoria. También, este estudio se centra en otros como los realizados por Hubert D. Zimmer y Johannes Engelkamp (2003), que investigaron la influencia que ejerce signar en la memoria y si esto tiene relación con los procesos motores usados al hablar una lengua de signos.