Un análisis de la relación entre las pensiones privadas y la movilidad laboral

Abstract

Hasta ahora, la ¿vieja¿ literatura sobre la economía de las pensiones privadas centraba su análisis en lo concerniente al ahorro: los más importantes análisis giraban en torno al efecto de las pensiones privadas sobre las tasas de ahorro y sobre la más óptima colocación de los activos en pensiones.

Sin embargo, las ¿nuevas¿ teorías de las pensiones privadas en las empresas muestran a éstas como un contrato de trabajo que puede afectar de manera muy importante a la productividad del trabajador en la compañía. El modo en que la pensión hace variar la conducta del trabajador a lo largo de sus años de vida laboral, la convierte en un factor determinante a la hora de explicar las decisiones de retiro y de movilidad laboral del mismo.

En el presente trabajo se analiza como son utilizadas las pensiones privadas para controlar la conducta del trabajador en lo referente a su movilidad laboral y, por tanto, al abandono prematuro de la compañía promotora del sistema de pensiones. Así se plantea la teoría que muestra como trabajadores y empresas que ofertan sistemas privados de pensiones llegan a acuerdos implícitos a largo plazo que reduce considerablemente las posibilidades de que el trabajador abandone la empresa antes de la finalización de su carrera laboral. En este acuerdo, los trabajadores asumen que permanecerán en la compañía hasta su retiro de tal forma que parte de su salario global será destinado a la pensión privada.

Alternativamente, se demostrará como aquellos trabajadores que no tengan un acuerdo implícito sobre pensiones con su compañía podrán finalizar su contrato en cualquier momento y, por tanto, abandonar la empresa sin sufrir ningún perjuicio.

Como hipótesis previa que da sentido al modelo se considera que la compañía busca la permanencia y estabilidad a largo plazo de los trabajadores en la misma ya sea por la inversión de recursos que realiza en el entrenamiento y preparación de los mismos, ya sea por los altos costes incurridos en la contratación de personal empleable, o por último, pero no menos importante, por la incidencia de efectos adversos sobre la productividad resultantes de la marcha de trabajadores que interactúan sobre el resto del equipo de trabajo.