La criogénesis: un servicio ¿de ciencia o ficción?

Abstract

La criogenización no está contemplada como método de conservación transitoria del cadáver por nuestro ordenamiento jurídico, pero su comprensión dentro del concepto de “congelación· y la admisibilidad de la disposición del propio cadáver a favor de la ciencia con fines de investigación y de enseñanza, parece que son argumentos que deberían abogar a favor de su admisibilidad. No obstante, como hemos dicho, se encuentra con ciertas trabas legales relacionadas, fundamentalmente, con el plazo de tiempo exigido para poder iniciar cualquier actividad de tanatopráxia y con los tiempos y la burocracia establecidos en relación con su traslado. De conformidad con nuestra legislación vigente, el contrato de criogénesis debería responder al tipo “contrato de servicios” definido por el TRLGDCU. De ahí que el mismo esté sometido al TRLGDCU y, en lo no previsto por éste, a las normas de derecho común sobre contratos. Si el contrato contuviera condiciones generales de la contratación, quedará también sujeto a las Ley sobre Condiciones Generales de la Contratación. En dicho contrato, así como en la fase precontractual, el empresario deberá informar al consumidor sobre el hecho de que la criogénesis es actualmente un método de conservación transitoria del cadáver que no exime de su destino final; simplemente lo retrasa. También deberá informarle, de manera clara y comprensible, de la imposibilidad de una “recuperación biológica” según el estado actual de la ciencia y de la tecnología, evitando así inducirle al error de creer que lo que se está contratando es una futura resurrección. Es cierto que cada vez hay más personas interesadas en este “negocio”, pero también lo es que, de momento, ninguno de los cadáveres que han sido criogenizados ha sido “recuperado biológicamente”. La primera criogenización fue la de James Bedford, Profesor de Psicología de la Universidad de California, que tuvo lugar el día 12 de enero del año 1967; a fecha de hoy, su cadáver todavía se encuentra en estado criostático. Esta es la realidad, al menos, reitero, de momento.