Efectividad de una intervención enfermera en la calidad de vida de las personas cuidadoras en atención primaria

Abstract

El envejecimiento de la población es un fenómeno demográfico global que está transformando profundamente la estructura social y que plantea importantes desafíos para la salud pública y los sistemas socio-sanitarios. En Europa y España, este fenómeno es especialmente relevante, impulsado por la creciente proporción de personas de edad muy avanzada. Como consecuencia, se han producido cambios en los patrones epidemiológicos con un aumento significativo de la prevalencia de multimorbilidad y dependencia. La carga de enfermedad, medida en años de vida ajustados por discapacidad, refleja el impacto cuantitativo de estas condiciones que generan una presión significativa sobre los sistemas sanitarios, que llevan años intentando reorientarse para abordar la cronicidad de manera más efectiva. Se han implementado nuevos modelos de atención, alejados del hospitalocentrismo, que promocionan el autocuidado, la autogestión de la salud y la atención domiciliaria. Este enfoque ha trasladado una mayor responsabilidad al cuidado informal, que se caracteriza por ser proporcionado principalmente por familiares y por su carácter no remunerado. Las personas cuidadoras ahora deben enfrentar cuidados más complejos y prolongados en el hogar. El cuidado informal ha estado tradicionalmente asociado a las mujeres. El perfil de la persona cuidadora en España es el de una mujer de mediana edad que cuida de un familiar dependiente a su cargo. Las transformaciones sociales, la incorporación de las mujeres al mercado laboral y las nuevas estructuras familiares han generado la llamada "Crisis de los Cuidados", que se ve exacerbada por esta creciente necesidad de cuidados en unos hogares en los que ya no hay cuidadoras disponibles. El cuidado de larga duración tiene un impacto negativo en la salud física, mental y social de las cuidadoras informales, afecta de manera diferente a hombres y mujeres y está bien documentado en la literatura científica. Sin embargo, hay una importante variabilidad en las medidas de resultado utilizadas para medir este impacto, incluyendo instrumentos para evaluar sobrecarga, ansiedad, depresión y calidad de vida, entre otros. La calidad de vida tiene un alto valor como variable auto reportada, ya que proporciona una visión integral del bienestar de la persona cuidadora. El EuroQol es un instrumento ampliamente utilizado para medir la calidad de vida relacionada con la salud en práctica clínica e investigación y ofrece una evaluación estandarizada y comparativa que facilita la identificación de necesidades y la planificación de intervenciones en función de las dimensiones afectadas. Las revisiones sistemáticas y meta-análisis que estudian el apoyo a las personas cuidadoras muestran que hay numerosas intervenciones efectivas para mejorar su salud física y mental. Estas intervenciones se desarrollan en diferentes ámbitos y contextos, y son heterogéneas en cuanto a su diseño e implementación. Generalmente, están dirigidas a cuidadoras de personas con condiciones de salud específicas. En el contexto epidemiológico, las medidas de contención implementadas y el colapso de los sistemas sanitarios durante la pandemia de COVID-19 agravaron la situación de las personas cuidadoras, aumentando su aislamiento. Reportaron mayores niveles de estrés, sobrecarga y problemas de salud mental debido a la interrupción de los servicios de apoyo externo. Esta experiencia ha resaltado la vulnerabilidad del cuidado informal y la necesidad de desarrollar políticas y estrategias de apoyo más robustas.