EL EMPLEO ASOCIADO A LOS SECTORES EMERGENTES DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Resumen

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la economía del conocimiento en términos generales como “aquella directamente basada en la producción, distribución y uso del conocimiento e información” (OCDE, 1996). Según esta definición, una economía basada en el conocimiento implica que la creación, distribución y uso del conocimiento es el mayor propulsor del crecimiento económico, la riqueza y la formación de empleo. Si bien la economía del conocimiento empezó a popularizarse desde mediados de los noventa, cuando las economías desarrolladas empezaron a implantar progresivamente las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), fue un concepto acuñado por Drucker, P (1969) en su obra “La era de la discontinuidad”. El autor se basa en trabajos anteriores como el de Fritz Machlup que a través de su obra “La producción y distribución de conocimiento en los Estados Unidos” popularizó el concepto de la sociedad de la información. Posteriormente en los años 80, estos conceptos fueron difundidos de la mano de autores como Daniel Bell, John Naisbitt y Alvin Toffler. Todos ellos coinciden al afirmar que la sociedad del conocimiento toma como base la denominada sociedad de la información y se nutre de un nuevo recurso productivo que es el capital humano, el cual se caracteriza por su capacidad de generar valor. El conjunto de productos y servicios resultantes de la emergente industria de la información son utilizados, a su vez, por el resto de sectores de la economía. De esta manera se está produciendo un efecto sinérgico entre la industria de la información y el resto de sectores de actividad, que tiene como principal elemento visible la incorporación del conocimiento a la estructura productiva de las economías avanzadas. Estamos pues ante unas tecnologías que utilizan el conocimiento como input y que contribuyen directamente a la generación de conocimiento como output, conduciendo con ello no solo a la innovación sino, lo que es más importante, facilitando los medios para el desarrollo de nuevos tipos de innovación que impulsen un crecimiento económico sostenido. De esta manera, la creciente importancia de las TIC en el conjunto de la economía y el progresivo avance en la democratización de acceso a la educación, necesaria para dotar al capital humano de los conocimientos y competencias necesarias para utilizar las TIC de manera provechosa, reflejan claramente la progresiva expansión de la economía del conocimiento en nuestro país, que muestra una importante transformación y modernización durante los últimos años. A fin de ofrecer una primera aproximación a la situación de la economía del conocimiento en España, se ofrecerá un breve análisis sobre la evolución más reciente de los dos pilares en los que se sustenta la misma: el sector TIC y el sector de la educación.

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