El vestido disidente: La indumentaria como herramienta de rebeldía en el mundo contemporáneo

Abstract

El traje, más allá de la función práctica que desempeña para cubrir el cuerpo, ha sido un elemento que responde "a condiciones mentales como la creecia religiosa, magia, estética, situación social, diferenciación(...), gusto de la imitación"(Boucher, 1965:9). No depende solo de las propias prendas textiles que se llevan sino también de los accesorios y complementos y cómo van colocados. El traje sirve para que los seres humanos se muestren a los demás, pues como advierte J.C. Flügel, las personas no se muestran desnudas sino que exhiben su vestimenta y "a partir de esta nos formamos una primera impresión de nuestros semejantes"(Flügel, 2015: 7). Esta impresión puede generar afección o rechazo, extrañeza o familiaridad. Mediante la moda se puede ejercer poder sobre los demás; a través del traje se identifica al poderoso, pero también se puede usar para mostrar sin ambigüedad una oposición ante ese poder.